Interesado en la robótica, Carrasco comentó que conoció al robot Nao en marzo de 2010 durante simposios sobre robots realizados en Osaka y Nagoya, Japón. "Me pareció muy interesente incluir uno y se lo sugerí a la producción de arte de la novela", recuerda el autor.
Nao es un androide desarrollado por la empresa francesa Aldebaran Robotics junto con la investigadora Lola Cañamero, de la Universidad de Heltfordshire, Inglaterra, y otros estudiosos, para un proyecto iniciado en 2005. Según sus creadores, Nao es el primer robot que tiene capacidad de expresar emociones y fue creado con el propósito de hacerle compañía a niños diabéticos internados en hospitales y contribuir a su cuidado y bienestar emocional. El robot fue creado a partir de la observación del modo en que los bebés chimpancés establecen sus lazos con quienes les cuidan. Su comportamiento corresponde al de un niño de dos años. Cuando está triste, baja la cabeza y contrae los hombros. Cuando está alegre extiende sus brazos como quien pide un abrazo.
Otra particularidad es que Nao desarrolla diferentes víncuos con las personas, se adapta a las emociones con las que convive y puede demostrar preferencia por una u otra persona. Si es maltratado por alguien es capaz de demostrar rabia. Nao fue campeón en el Mundial de Fútbol de Robótica y fue utilizado en diversas presentaciones de stand-up comedy en Estados Unidos.
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