escrito por Sara Carreira
«R2», el primer androide que viajará a la estación espacial
Carece de piernas, pesa 136 kilos y sus manos pueden enroscar un tornillo
Es dorado, se llama R2 (sin D2) y es el primer androide que la NASA lanzará al espacio para que viva en la estación espacial internacional (ISS, por sus siglas en inglés). Esta réplica del altivo e inocente robot de La Guerra de las Galaxias pesa 136 kilos y no tiene piernas, pero es sorprendentemente ágil cuando se trata de mover brazos y cabeza.
Su propósito es ayudar a las personas que trabajan en la ISS haciendo las labores más peligrosas y las más rutinarias. Por supuesto, R2 no decide nada, sino que actúa como le ordena el astronauta, que lo maneja a distancia con un ordenador. Lo que sí resulta es muy exacto y delicado, algo fundamental cuando se trabaja con alta tecnología a 350 kilómetros de altura y sin repuestos cerca: sus dedos son muy largos y tan precisos que pueden enroscar un tornillo aunque cada uno tiene capacidad para agarrar 2,5 kilos; y posee una visión muy compleja que le permite distinguir objetos situados a diferentes distancias entre ellos, para lo que cuenta con cinco cámaras, dos para la visión estéreo, otras dos como auxiliares y una de luz infrarroja alojada en la boca.
R2 volará en el Discovery hasta la ISS porque sus resultados superaron con mucho las expectativas iniciales. Es la segunda serie de un modelo, el Robonaut, que nació en los noventa sin ansias de viajar al espacio. La primera serie, R1A y R1B, se hizo en colaboración con una agencia de Estados Unidos especializada en alta tecnología militar (Darpa), pero en vista de sus posibilidades, la segunda hornada -R2A y R2B- se ha construido entre la NASA y General Motors -que financia parte de este proyecto-.
Este viaje de R2 será el primero y último, ya que se prevé que se quede en la estación. Su primera misión estará en el laboratorio Destiny, donde se probará su capacidad operativa; como cualquier trabajador, solo con el tiempo y los buenos resultados podrá hacer tareas cada vez más complejas. También será observado muy de cerca, ya que los investigadores están deseando saber cómo responde a la ingravidez y si se convierte en un buen ayudante para los astronautas, que es su razón de ser.
Piernas para el futuro
Mientras esto ocurre en la ISS, en tierra sus creadores ya están trabajando para darle piernas, que estarán hechas del mismo material que el resto: fibra de carbono niquelado y aluminio. El torso de R2 también es único, con 38 procesadores de gran potencia que le permiten hacer tantas cosas; y en la espalda carga con una mochila para, en el futuro, poder salir al exterior.
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